por Stacy Francis, CFP®, CDFA
Anoche, cambiando de canal, me topé con uno de esos anuncios corporativos tan vagos y anodinos que me hicieron rascarme la frente, preguntándome a qué se dedicaba realmente la empresa en cuestión. Y es que, aunque algunas empresas son fáciles de entender (me viene a la cabeza la industria manufacturera), en el mundo actual de los servicios, la alta tecnología y la diversidad, muchas son tan complejas que resulta casi imposible evaluarlas. GM, por ejemplo, ha sido tradicionalmente un fabricante de coches. Pero hoy en día, gana más dinero con la financiación que con los coches. ¿Y qué pasa con las empresas de software o biotecnología?
No pretendo explicarle todas las empresas que existen, sino recordarle que, si no comprende la empresa en la que invierte, le resultará muy difícil tomar decisiones racionales y aún más difícil dormir bien por la noche. Si usted es un gurú de la biotecnología y lo sabe todo sobre el último producto de Elan, sabrá si merece o no su dinero. O si eres el hermano de Bill Gates, puede que sepas lo que funciona y lo que no en software. Pero si quiere aventurarse en sectores que no domina del todo, puede reducir sustancialmente el riesgo contratando a alguien que lo analice por usted.
Todos sabemos que es mala idea que los ciegos conduzcan coches. Tirar al azar el dinero que tanto te ha costado ganar puede ser igual de peligroso.