por Stacy Francis, CFP®, CDFA
El otro día, en la barra de mi restaurante de fusión asiática favorito, esperando mesa, mi marido y yo escuchamos una interesante conversación entre dos veinteañeras. Al parecer, una de ellas había perdido su trabajo ese mismo día y su amiga la estaba ayudando a ahogar sus penas con martinis.
"¿No lo viste venir en absoluto?"preguntó el amigo.
"Por supuesto que sí.sollozaba la recién desempleada. "Pero, ¿qué se suponía que debía hacer?"
En realidad, esta conversación me retrotrajo varios años atrás, cuando despidieron a un querido amigo mío. Tuvimos exactamente la misma conversación.
En realidad, hay muchas cosas que puedes hacer para evitar que te ocurra lo mismo. Una cosa que recuerdo continuamente a la gente preocupada por su trabajo es que siga aprendiendo cosas nuevas. El mundo cambia constantemente, y tienes que adaptarte y mantenerte al día. Toma una clase nocturna o domina por fin ese programa que tu jefe quiere implantar. Pregunta si puedes encargarte de un nuevo tipo de proyecto. Ofrécete a cubrir a una compañera cuando salga de viaje. Esto no sólo demuestra a tu jefa que te preocupas por la empresa y te interesa tu trabajo, sino que también le resultas útil y versátil; el tipo de persona que ella separaría y a la que se aferraría en caso de despido masivo.
Por supuesto, no hay garantías. Pero no olvides que cuanto más feliz hagas a tu jefa, más bonita será la carta de recomendación que escriba para ti si tiene que despedirte.